
Atender, en primera instancia, las escuelas de bajo rendimiento y a esta construcción de puentes entre las instituciones de educación superior del país y las del nivel básico, concibiendo así a la educación como este proceso integral de formación de los niños de hoy y los ciudadanos del mañana.
Queremos calidad para asegurar que niños y jóvenes participen en la sociedad del conocimiento y sean los protagonistas de la construcción del México moderno.
Calidad educativa para escuchar antes que discutir y dialogar antes que condenar. Calidad como el camino más certero para la movilidad social, el crecimiento económico y la competitividad del país.
Calidad para que la desigualdad no siga condenando a millones de mexicanos a la pobreza. Calidad y equidad, calidad y justicia es binomio para un México que permita a todos nosotros poder vivir mejor.
Se trata así de un nuevo punto de partida. No hay ni habrá vuelta atrás, es una decisión con convicción de futuro.
Avanzaremos en la política de Estado sólo cuando los cambios se hagan realidad en las aulas y las evaluaciones den cuenta de que la calidad no es para unos cuantos, sino es la certeza para millones de alumnos.
Sólo aquello que tenga lugar en el aula sucederá tarde o temprano para México.
El día de hoy, en que la sociedad mexicana reconoce la vocación y compromiso de nuestros maestros, entramos a una nueva etapa en la educación de nuestro país.
El día de hoy proponemos respuestas a las demandas y reclamos, pero también a los sueños y anhelos que por años ha tenido la sociedad mexicana por una educación de calidad, y hoy las evaluaciones confirman como una prioridad inaplazable.

La educación de calidad es un esfuerzo que hoy demanda de nuestra unidad.
En esta apuesta, la lección de la historia es muy clara: todos somos necesarios para México y el único ámbito de la esperanza, de la confianza entre todos nosotros, es la concordia.
Es oportunidad para sumar sin excepción y tardanza, para unirnos, para superar enconos y conflictos, porque México es y será la consecuencia de sus aulas; porque el bien mayor de todos es México, el nuestro, y hoy la educación nos convoca a todos.

Maestro que trabaje, un maestro que sirva a sus niños y a su comunidad, mejor salario; un maestro que hace como que trabaja y no cumple, la sociedad y el salario no puede reconocerse.
La formación del maestro debe ser continua y su actualización permanente; el reconocimiento social y laboral del maestro deberá estar ligado a su impacto en la calidad del servicio que presta. Mejores escuelas, mejores maestras y maestros, mejores alumnos se traducirán en mejores mexicanos, más progreso, más bienestar y más paz social.

Que los maestros sean valorados por su nivel de competencia. Estamos comprometidos con EL PRESIDENTE Y CON MEXICO a flexibilizar las relaciones laborales para lograr la excelencia educativa que México nos reclama.
A que la evaluación sea integral y parte sustantiva del proceso educativo. Esto queremos aportar en esta gran Alianza por la Calidad de la Educación y el fortalecimiento de la educación pública que hoy iniciamos.
Esto queremos aportar a esta gran Alianza por la Calidad de la Educación y el fortalecimiento de la escuela pública que hoy iniciamos, conscientes de que esta alianza es una oportunidad irrepetible que podemos hacer triunfar si hacemos lo que nos toca o fracasar si no hacemos lo pertinente.

Decía Rafael Ramírez, que maestro que no transforma su comunidad y se deja absorber por ella no es maestro.
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